Episodio CERO: REVELACIÓN

Y en el peor momento, la gran Revelación


Recuerdo esa noche de verano con una precisión y un nivel de detalle únicos. Esa salida sin las más mínimas ganas y prácticamente empujado a romper con la comodidad de mi incomodidad existencial. Esa remera negra que se da perfecto con el semblante de un deprimido, de un inconformista. Y ese jean viejo y arrugado que pide a gritos "dejame ir. Ya estoy demasiado viejo para seguir aguantando estas cosas".

Y todo esto en un momento de mi vida donde realmente la estaba pasando como el orto y la infelicidad e insatisfacción eran agobiantes. Recuerdo que apenas podía sostener con Mauro, mi amigo de casi toda la vida, esa conversación que había llegado a un nivel de profundidad, o de paja mental tal, que se me hacía difícil aportarle algo interesante y revelador. 

Y habré de reconocerles que esos mojitos quitapenas, con esa hoja de mentalimón exquisita, y esas bolitas de cardamomo flotando que nos habíamos tomado, ya habían hecho su entrada triunfal en mi sistema nervioso central. Todo se había vuelto medio confuso hasta que en un momento, casi sin darme cuenta, Marcos dijo las palabras que me traerían hasta acá, hasta este blog. Hasta este deseo de comunicar algo de mí y de lo que voy viviendo de una forma diferente. 


Al principio la escuché casi como esa voz que retumba de fondo en cualquier supermercado y a la que uno nunca le está prestando atención: "encargado de limpieza acercarse al pasillo 8". Pero en esta oportunidad algo me dijo que tenía que volver a escuchar esas palabras que daban cierre a nuestra conversación pseudofilosófica de esa noche. Y tuve que animarme a pedirle que me lo repitiera una vez más, aún a riesgo de quedar en evidencia de que no le estaba dando bola. 

Y entonces, el momento culmen había llegado. Ya estaba todo dado para que ellas (las palabras) y yo (un boludo con depresión) nos encontráramos de una vez y para siempre. Marcos, con voz de un  Aristóteles medio alcoholizado dijo: "al fin y al cabo todos somos, en algún momento u otro de nuestra vida, un boludo más". 

Y seguramente ustedes se estarán preguntando ¿qué tiene esta afirmación de relevante como para cambiar de esa forma la vida de alguien? y es quizás no tenga tanto que ver con el qué, sino con el cuándo. Por primera vez en mi vida, era capaz de dejar de lado el orgullo, para darle la bienvenida a la  revelación que cambiaría el rumbo de mi estadía por este mundo: "Sí. Soy un boludo", pero "un boludo consciente"

Porque hacerme, sentirme y aceptarme como un boludo consciente me permite conectar con el lado "B" de mi forma de ser en el mundo. Me permite conectar desde ese lugar de vulnerabilidad. de búsqueda y de temor a lo que voy a encontrar y que ya no tengo vergüenza de ocultar. Lugar desde el cual aprovecho  también para darles la bienvenida a cada una y cada uno de ustedes, ¿caminamos juntxs?



ACLARACIÓN: Para quienes me conocen seguramente van a poder encontrar muchas similitudes entre mis experiencias personales y algunos de los posteos que escribo. Pero la realidad es que el intento es escribir sobre lo que siento y pienso y no sobre los acontecimientos de mi vida. La mayoría de las publicaciones no remiten a personas reales o hechos verídicos, sino que son alterados para proponerles algo más que una mera autobiografía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EPISODIO CATORCE: POR AMOR TE PERDONÉ LO QUE NO SE PERDONA

EPISODIO QUINCE: BOLUDOS CONSCIENTES

Episodio TRECE: HERIDAS